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Ciclo de cine Al Por Mayor

VENTA DE ENTRADAS EN TAQUILLA

2, 3, 4, 19, 20, 21 y 24 de mayo
La Filmoteca

La Filmoteca colabora por segundo año consecutivo con el Festival 10 Sentidos. En esta edición, con el lema PorMayores, se ha programado un ciclo formado por cinco películas que se aproximan a la cuestión de la vejez desde distintas épocas y perspectivas.

Aunque no es habitual encontrar películas protagonizadas por personajes de edad avanzada, el modo de enfrentarse al envejecimiento ha sido un tema muy presente en la historia del cine. En el caso de no pocos grandes cineastas, esta cuestión se sitúa en el centro de algunos de sus títulos más destacados, como Primavera tardía (Banshun, 1949) y Cuentos de Tokio (Tokyo monogatari, 1953) en el caso de Yasujiro Ozu, Dejad paso al mañana (Make Way For Tomorrow, Leo McCarey, 1937), Umberto D (Vittorio De Sica, 1952), Fresas salvajes (Smutronstället, Ingmar Begman, 1957), El cochecito (Marco Ferreri, 1960), Muerte en Venecia (Morte a Venezia, Luchino Visconti, 1971), La balada de Narayama (Narayama Bushi-ko, Shohei Imamura, 1983), Ginger y Fred (Federico Fellini, 1985), Una historia verdadera (The Straight Story, 1999, David Lynch) y un largo etcétera.

Billy Wilder también deslizó una cruda mirada al hecho de hacerse mayor en su obra maestra El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950), incluida en el ciclo. Aunque la película es ante todo una ácida reflexión acerca de la propia historia del cine y de los excesos ególatras que moldean la industria de Hollywood, su personaje protagonista encarnó como nadie la incapacidad para asumir los cambios de escenario que conlleva el paso del tiempo. Norma Desmond es una gloria olvidada del cine mudo –como lo era la propia actriz Gloria Swanson, que le da vida en una interpretación memorable, un perverso juego de espejos entre realidad y ficción– que se resiste a aceptar su situación marginal desde la irrupción del cine sonoro y se empeña, de forma un tanto patética, en seguir pareciendo lo que ya no es.

Amor (Amour, 2012), de Michael Haneke, es otro retrato nada complaciente de la vejez y la enfermedad. Pero la mirada glacial del cineasta austriaco se acerca en esta película, ganadora de la Palma de Oro en Cannes, a un terreno, el de la ternura, ajeno al resto de su filmografía. Una ternura que nada tiene que ver con el sentimentalismo, puesto que, si Amor conmueve de manera tan profunda, es precisamente por su sobriedad. La ausencia de excesos melodramáticos no resta emoción a este mesurado retrato de un matrimonio de ancianos, magistralmente interpretados por Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant. Una historia íntima que indaga en los pequeños gestos que delatan un amor alimentado a base de décadas de convivencia y de experiencias compartidas. Una entrega mutua que se verá puesta a prueba cuando la enfermedad y la pérdida dejen de ser una amenaza fuera de campo.

A diferencia de El crepúsculo de los dioses y Amor, las otras tres películas que componen el ciclo tratan la última etapa de la vida desde una perspectiva más amable y constructiva. En Solas, la ópera prima de Benito Zambrano que despuntó a finales de los noventa en el panorama cinematográfico español, los valores y generosidad de la madre de la protagonista, una mujer mayor y de pueblo, iluminan las vidas grises de su hija y de un anciano solitario vecino de esta. Los dos personajes de edad avanzada, la madre – auténtico motor del relato– y el vecino, ejercen de muletas de experiencia y afecto que harán posible que la joven protagonista tome las riendas de su vida.

Arrugas y La juventud, por su parte, logran eludir el dramatismo y transmitir la idea de que la vejez es, sobre todo, una cuestión de actitud. La primera es una fiel adaptación del excelente –y agridulce– cómic del valenciano Paco Roca, que se desarrolla en una residencia de personas mayores donde quizás los años no pesan tanto como la enfermedad. Una de las mejores películas de animación españolas de los últimos tiempos, que retrata el alzheimer con tacto y sutileza y deja para el recuerdo a un abuelo protagonista cuya valentía e imaginación ya quisieran los más jóvenes, acompañado por unos secundarios realmente entrañables.

Con la edad, todo lo que haces es peor», dice uno de los personajes de La juventud, el último largometraje del cineasta italiano Paolo Sorrentino. Sin embargo, la película parece ser una enmienda a esa sentencia y se erige en una celebración de la vida desde la mirada de unos protagonistas que entran ya en su ocaso. En La juventud hay mucha melancolía, pero también pasión por una existencia que, a pesar de los años, aún puede ser creativa y plena. Así, desde luego, lo confirman las soberbias interpretaciones de Michael Caine y Harvey Keitel, que tenían, respectivamente, 82 y 75 años de edad cuando filmaron la película.

Nuria Castellote Herranz
La Filmoteca – Departamento de Programación

Arrugas / Ignacio Ferreras
2 de mayo, 18h y 3 de mayo, 20.30h
Duración: 80’
Mesa-Coloquio con Paco Roca, médicos especialistas y
familiares de enfermos de Alzheimer el 2 de mayo a las 18h

Amor / Michael Haneke VOSE
Fecha: 3 de mayo, 18h y 4 de mayo 20.15h
Duración: 127´

El crepúsculo de los dioses / Billy Wilder VOSE
Fecha: 21 de mayo, 20h y 24 de mayo, 18h
Duración: 110´

Youth – La juventud / Paolo Sorrentino VOSE
Fecha: 19 de mayo, 22.30 y 20 mayo, 20h
Duración: 118´

Solas / Benito Zambrano
Fecha: 19 mayo, 18h
Duración: 98´