Los fusilamientos del 3 de mayo de F. de Goya pone de manifiesto la terrible relación entre la racionalidad ilustrada que traían consigo los franceses, con la violencia que enturbia todo proyecto ideal.
El proyecto que presenta la artista Ana Císcar se compone de un lienzo y de una intervención audiovisual en los que yuxtapone, a modo de collage, imágenes en las que se constata la capacidad demoledora del género humano que, contradiciendo los ideales de la Ilustración de emancipación y progreso, han devenido lo contrario de su propósito inicial.
La obra de Ana Císcar se centra en la pulsión narrativa y ficcional que ejercen las imágenes. El trabajo de la artista parte de la apropiación de fotografías antiguas, de archivo y de prensa, que traslada al lenguaje plástico a base de desdibujar, recomponer y yuxtaponer los originales. El resultado son pinturas híbridas que, aunque conservan el aspecto de documento – portador de la verdad -, se han convertido en nuevas imágenes ambiguas. Mediante la descontextualización de las fotografías y documentos se pretende generar una discontinuidad que insta al espectador a interrogarse sobre el sentido de lo que ve, así como a cuestionarse el relato histórica imperante.