Dice Vicent Andrés Estellés “Añoro un tiempo que está por llegar”. ¿Acaso es posible añorar el futuro? Ponemos a conversar a diferentes voces de nuestro panorama literario sobre las promesas y las ilusiones de futuro que podemos esperar en los tiempos que corren. El discurso de la nostalgia se hace habitual en un presente en el que las esperanzas de ascenso social parecen truncadas, en el que parece que replicamos la precariedad de la generación de nuestras madres y abuelas pasadas por un filtro tecnológico y académico. A todo esto, le podemos sumar nuevos ingredientes como la crisis climática, un neoliberalismo desbocado y un individualismo que camina acompañado de la soledad y la depresión. Los relatos colectivos se han agotado y, en este panorama, parece complicado imaginar nuevos mundos posibles, soñar utopías. ¿Dónde quedaron las ilusiones en pleno siglo XXI? ¿Será posible proyectar la fuerza emotiva de la nostalgia hacia el futuro y convertirla en energía transformadora?